MÓNICA ROJAS: “NO TODO LO NO LOGRADO ES UN FRACASO”
Las celebraciones de fin y principio de año despiertan emociones profundas. Lograr mantener el equilibrio es de suma importancia para cuidar la salud mental de la mejor manera.
En esta edición de Nuestra Gente, conversamos con Mónica Rojas, psicóloga y psicopedagoga, quien nos comparte recomendaciones para que usted pueda manejar el estrés, acompañar a las personas adultas mayores y afrontar los desafíos de esta época sin perder el equilibrio emocional.
¿Por qué estas fechas pueden resultar emocionalmente tan intensas para muchas personas?
El cierre de año suele despertar muchas emociones porque implica mirar atrás y hacer balance de lo vivido, lo logrado y no logrado. Eso puede generar frustración o nostalgia. Además, hay una fuerte carga social y familiar: compromisos, gastos, expectativas y la idea de “cerrar bien el año”. Todo esto puede aumentar el estrés y la sensibilidad emocional, afectando nuestra salud mental y física si no lo manejamos de una manera saludable.
¿Qué señales nos pueden indicar que estamos sobrepasando nuestros límites emocionales o mentales?
Algunas señales de alerta son el cansancio constante, dificultad para dormir, irritabilidad, pérdida de interés en actividades cotidianas, aislamiento, llanto frecuente o sensación de vacío. También pueden aparecer molestias físicas, como dolores de cabeza, tensión muscular o problemas digestivos. Son indicadores de que el cuerpo y la mente necesitan un descanso y cuidado adicional.
¿Qué acciones cotidianas podemos implementar para cuidar nuestra salud mental durante diciembre y enero?
- Organizar prioridades: No intentar hacerlo todo. Elegir lo verdaderamente importante.
- Mantener rutinas básicas: Dormir bien, comer de forma equilibrada y hacer ejercicio.
- Decir “no” sin culpa: Poner límites a compromisos que generen sobrecarga.
- Reservar momentos de pausa: Respirar, meditar o simplemente desconectarse un rato.
- Evitar comparaciones: Cada persona y familia vive las fiestas a su manera.
¿Cómo las personas que trabajan en el sector educativo pueden prepararse para el nuevo curso lectivo?
El inicio del curso lectivo puede ser más tranquilo si se planifica con tiempo. Por lo tanto, recomiendo los siguientes consejos:
- Retomar rutinas de sueño y alimentación desde enero.
- Organizar materiales escolares sin dejarlos para el último momento.
- Conversar con los hijos sobre sus expectativas, temores o metas.
- Recordar que el aprendizaje no solo es académico, también emocional: acompañar con paciencia y refuerzo positivo.
¿Cómo podemos afrontar la presión por cumplir metas no alcanzadas sin caer en la autocrítica o la frustración?
Es útil cambiar la mirada: no todo lo no logrado es un fracaso; muchas veces fue una oportunidad de aprendizaje. Y conforme avanza el tiempo, podemos cambiar metas que teníamos porque ya no las vemos tan relevantes. En lugar de juzgarse, se puede preguntar: ¿qué aprendí de esto?, ¿qué puedo ajustar para el próximo año? La autocompasión y la flexibilidad son claves para avanzar sin cargarse de culpa.
¿Por qué las fiestas pueden resultar emocionalmente difíciles para las personas adultas mayores?
En esta etapa, las fiestas pueden despertar sentimientos de soledad, pérdida o nostalgia por familiares ausentes o tiempos pasados. También los cambios en las dinámicas familiares o en su rol dentro del hogar pueden hacerles sentir desplazados o menos útiles, ya sea por el cambio de roles, por dificultades físicas o por padecimientos que tengan en el momento.
¿Cómo podemos incluirlos de manera más activa en las celebraciones familiares?
Podemos pedirles que participen en la preparación de la cena (desde la posición en la que puedan), que cuenten historias familiares, que ayuden con recetas tradicionales o decoraciones. Hacerlos sentir parte del proceso les devuelve su lugar protagónico y fortalece los lazos intergeneracionales.
¿Cómo acompañarlos cuando tienden a aislarse o rechazar invitaciones?
Es importante respetar su ritmo emocional, pero mostrarles cercanía sin insistencia excesiva. Una llamada, una visita corta o invitarlos a compartir un café puede ser suficiente. Lo esencial es que sientan que se piensa en ellos y que su presencia importa, incluso si no desean participar de grandes reuniones.
¿Qué tipo de apoyo emocional es más valioso brindarles en esta época?
El más valioso es la escucha activa y el tiempo de calidad. No siempre necesitan consejos, sino sentir que alguien los comprende y los acompaña sin prisa. Validar sus emociones, mostrar afecto y recordarles cuánto significan para la familia puede marcar una gran diferencia.
¿Cómo pueden los cuidadores o familiares cuidar su propia salud emocional durante el fin de año?
Cuidar a otros no debe implicar olvidarse de sí mismos. Es vital pedir ayuda, tomarse breves descansos y no cargar con culpas por necesitar tiempo personal. Dormir bien, mantener una red de apoyo y compartir sus emociones también son formas de autocuidado que fortalecen su rol como cuidadores.
¿Qué mensaje les dejaría a las personas que nos leen para que este fin de año sea realmente significativo y empático?
Que el verdadero sentido de estas fechas no está en los regalos o las apariencias, sino en la conexión humana. Escuchar, agradecer, perdonar y compartir tiempo de calidad es lo que deja huella. Un fin de año empático es aquel en que cada persona se siente vista, valorada y acompañada.

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