Escuela San Francisco de Peñas Blancas: un ejemplo de educación ambiental y sostenibilidad 

La escuela San Francisco de Peñas Blancas, ubicada San Ramón, es un modelo de educación integral y ambientalista. Bajo la dirección de Eulin Patricia Chacón Gamboa, la institución, que cuenta con 297 estudiantes, ha logrado combinar la enseñanza académica con prácticas sostenibles en su finca agropecuaria, que se ha convertido en un espacio clave para el aprendizaje. 

La finca de la escuela no es solo un terreno para la producción agropecuaria; es un laboratorio vivo donde los estudiantes aprenden sobre agricultura, ganadería, y tecnologías ecológicas de forma práctica. En ella se cultivan diversos productos, incluyendo plantas ornamentales y medicinales, mientras que los estudiantes también aprenden sobre el manejo de peces, cerdos, vacas, y aves, como gallinas y pollos. Un biodigestor en el lugar produce gas, y el compostaje aprovecha los residuos orgánicos para fertilizar los cultivos, cerrando el ciclo de la economía circular. 

Un aspecto destacado es la integración de la finca en las clases, especialmente en Matemáticas. Los estudiantes visitan el espacio agropecuario, donde aprenden sobre figuras geométricas observando la disposición de los cultivos, la forma de los animales y otros aspectos de la finca, creando una conexión directa entre el aula y la naturaleza. 

Además de su enfoque en la agricultura y la ganadería, la escuela promueve actividades extracurriculares que fomentan el emprendimiento y el desarrollo de habilidades como ventas y gestión empresarial, brindando a los estudiantes herramientas para su futuro profesional.  

Un pilar fundamental en la filosofía de la Escuela San Francisco de Peñas Blancas es el compromiso con el medio ambiente. La institución sigue una estricta política de cero residuos, sin embargo, gracias al programa Yo Pienso Verde, impulsado por la Sociedad de Seguros de Vida, se les enseñó que es imposible vivir sin ellos. Por tanto, se comenzó a educar para poder separarlos de manera adecuada, además del uso de ecobloques y donde todo lo que no se consume se reutiliza, ya sea a través del compostaje o en el cuidado de los animales.  

De hecho, gracias al programa, los estudiantes ahora están altamente involucrados en la gestión de residuos, aprendiendo la importancia de separar correctamente los materiales reciclables, como el Tetra Brik o las botellas de plástico, y siguiendo prácticas como la reutilización de empaques y utensilios. 

Este compromiso con la sostenibilidad fue reconocido recientemente, ya que la escuela San Francisco de Peñas Blancas fue una de las 15 instituciones seleccionadas para participar en el programa Yo Pienso Verde 2024. Este programa, que lleva más de 12 años promoviendo buenas prácticas ambientales en centros educativos, se enfoca en la gestión de residuos sólidos, la eficiencia energética, la mitigación de la huella de carbono y el impulso de huertas orgánicas, entre otros.  

De acuerdo con Ana Gabriela Soto, gestora ambiental de la Sociedad de Seguros de Vida, la escuela San Francisco de Peñas Blancas no solo forma a sus estudiantes en lo académico, sino que los prepara para ser ciudadanos responsables, conscientes de la importancia de cuidar nuestro planeta y comprometidos con el bienestar de la comunidad. Con su innovador enfoque educativo y ahora con la ayuda de Yo Pienso Verde, esta escuela está demostrando que la educación ambiental no solo es posible, sino que es esencial para el futuro de las nuevas generaciones.  

“El programa fue de enriquecimiento para mí y mis estudiantes y por supuesto para la institución. Juntos podemos hacer de nuestro país un lugar mejor para nosotros y las generaciones futuras”, finalizó Ana Claudia Campos Chaves, docente.  

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